A Different Man The Substance: nuestra obsesión colectiva con la apariencia física

19.11.2024
A Different Man y The Substance son dos películas que tuvieron su estreno durante Noviembre; tienen de por si bastantes motivos que las hacen suficientemente similares, dejando de fuera el contraste de estilo y diseño; ambas películas tocan temas peculiares, el valor de la apariencia física y el deseo por el cambio. Siendo que las dos acaban de entrar y salir de salas de cines en Noviembre, vamos a comparar las diferencias entre ambas películas, si es que las dos llegarán a la temporada de premios, y lo que para mi destaca a la una de la otra. 
The Substance es una producción de la compañía de Blacksmith, siendo el segundo largometraje de la directora Coralie Fargeat. En esta conocemos al personaje de Elisabeth Sparkle (sí, con s), una celebridad que se enfrenta a su declive en popularidad por los estándares y sesgos de edad en la industria del entretenimiento. Con el protagónico prestado entre Demi Moore y Margaret Qualley, a la vez que sus personajes interceptan el uso de un nuevo tratamiento que promete darle a Elisabeth una mejor, mas joven versión de si misma. 
A Different Man es un trabajo independiente de la productora de A24, y así mismo un proyecto que el director americano Aaron Scimberg llevaba planteándose desde hace ya varios años. En esta, seguimos las dificultades a las que se enfrenta Edward en su carrera como actor, sintiéndose acomplejado y no deseado por la deformación en su rostro. Aquí tenemos uno de los proyectos más independientes de Sebastian Stan, de la mano de su encantador co-protagonista Adam Pearson.

En lo que las hace similares, y casi gemelas, son los temas que buscan tratar. Ambas son satíricas, en distintos puntos del espectro, mientras que rozan un poco con el drama y la tragedia. La diferencia del género está en que The Substance es un body horror, y A Different Man se va mas para la comedia. 

Las dos llevan a un protagonista acomplejado que se ve a sí mismo rechazado por la sociedad, aislado en su propia mortalidad, siendo por ya sea por una deformación notable en el rostro de Edward, o por las señales de envejecimiento en Elisabeth. Esto cambia, por supuesto, con la aparente solución milagrosa para estos problemas; una sustancia que terminará con este dolor, con la interminable maldición. 

Es así que con estos tratamientos experimentales, los dos consiguen lo que querían. Edward obtiene un rostro atractivo, un buen trabajo y un círculo de amigos de estima, Elisabeth consigue un alter-ego más joven de sí misma; los dos obtienen lo que más deseaban. Hasta que lo dejan de hacer.

Cuando pese al sufrimiento físico que les genera esta cura, deciden soportarlo con tal de preservar su vanidad. Y lo que termina mucho peor para uno que para el otro, los dos siguen igual y despues mas miserables y solitarios de lo que se encontraban en un principio.

Para no hacer el cuento muy largo, The Substance va algo asi; Elisabeth Sparkle fue una exitosa actriz, reconocida por liderar un programa de televisión en el que bailaba y hacía rutinas de ejercicio. En su cumpleaños número 50, no le dan 16 velas pero si le piden su retiro del programa; su jefe explicándole que las audiencias desean a una modelo a seguir que sea más joven y atractiva. Esa misma tarde, Elisabeth se mete en un accidente automovilístico y es llevada al hospital.

Es aquí, que un enfermero introduce una USB con los datos de la sustancia en el bolsillo de la chaqueta de Elisabeth.  ¿Que es? Aparentemente, un método circulando en el mercado negro; a base de una dosis única para el inicio, genera a partir de tu propio ADN una versión mejor de ti mismo. 

Sin pensarlo por mucho más de un dia y una noche, Elisabeth llama al sitio y le dan las indicaciones para recoger el paquete con el kit necesario para una aplicación exitosa. Ya en la comodidad de su casa, se desnuda, prepara la inyección y toma la primera dosis. Su espalda se abre por la mitad, y de allí nace Sue.

Los siguientes 7 dias, Sue los transcurre explorando los residuos de la vida de Elisabeth: estabilizandose con producto del ADN de Elisabeth. Sue aplica para la vacante en el programa del que despidieron a Elisabeth, lo consigue, y se lo pasa de lo lindo. Así, por el transcurso de 7 días, después del que debe cambiar, darle conciencia a Elisabeth y perder la propia.

Ya una vez llegado aquí, es bien fácil predecir lo que sigue y como terminan las cosas para Elisabeth. Pasa esto y pasa aquello, el balance se rompe cuando Sue deja pasar más de sus 7 días para tener control sobre su vida durante un tiempo mas prolongado. Cuando finalmente se ve en la necesidad de darle conciencia de vuelta a Elisabeth, la propia despierta convertida en un bien dicho y hecho, monstruo.

Es en este punto, su apariencia física completamente demacrada, que Elisabeth decide ponerle un fin a la vida de Sue, inyectándole un suero para terminar con sus signos vitales. Excepto que, no lo hace. De ultimo momento se arrepiente y le mete alguna otra cosa que no termino de entender y la mina cobra vida de nuevo. Sue ve el frasco, y con una fuerza inexplicable le da la paliza de su vida a la ya de por si deformada Elisabeth.

Luego, esto escala hasta sus ultimas consecuencias, literalmente. Es muy bizarro como para explicarlo asi al aire, y yo ya quiero pasar a la siguiente parte. 

The Substance se vende a si misma como una película body horror con una perspectiva feminista. Y hasta cierto punto, le quiero creer. La recepción que ha tenido ya ha sido exitosa, solo por empezar una conversación que se ignora mucho de entre los problemas más grandes de Hollywood; el doble estándar para hombres y mujeres conforme envejecen. La falta de oportunidades que se le presenta a las mujeres tan solo pasados los 30 años; tratando a las mujeres del medio como un producto desechable. 

Demi Moore es preciosa, y me encanta que haya decidido involucrarse con un proyecto tan experimental, siendo una bala tan directa para su ego. Pero me pregunto hasta qué extensión es que esta película se compromete con su mensaje, usando cada oportunidad para recaer en un enfoque degradante para las mujeres en el protagónico. 

En esta sátira sobre el empoderamiento femenino, el mensaje que llegó a las audiencias parece haber sido el exacto opuesto. ¿Es esto un imprevisto en la traducción de ideas, o podría ser una intención paralela?

Me resuena en el timbre del oído la deshumanización que abarca tanto a Sue como a Elisabeth en la extensión de filmometraje. Y con esto no digo que no se puedan hacer alegorías para probar un punto, la gran mayoria de peliculas de terror se caracterizan por sus personajes planos que solo existen para después morir. Pero para una película que busca hacerte reflexionar sobre los estándares de belleza a los que se les impone a las mujeres, sigue el mismo canon de siempre con exactitud. Si bien esto me parece que fue llevado a cabo con toda la intencionalidad del mundo, Coralie Fargeat utiliza este hueco para provocar a quien bien se deje, dentro y fuera de la academia. 

En esta misma contradicción, de mostrar y contar, te venden a Sue, la criatura, como si te vendieran un auto nuevo, sus tomas están bastante sexualizadas y la objectifican en cada momento conveniente. En los efectos prácticos usados para generar asco y morbo, hay dos grandes; el gore, y el envejecimiento progresivamente acelerado en el cuerpo de Elisabeth. 

Esto se tradujo en redes sociales como una forma de tomar a Sue, Margaret Qualley, como un sex symbol y una motivación para preservarse delgada, atractiva, joven, vital. Esto dejando que a la protagonista, Frankenstein, la bruja malvada, Demi Moore,  primero olvidada y más tarde juzgada por su intento fallido en preservar su belleza, fuera de la conversación. También no faltó quien dijo que la sustancia de hecho existe y que Christina Aguilera tiene una doble encerrada en su sótano. 

Sacando esto del camino, The Substance se me hace una película de por sí brillante en concepto y mal llevada en ejecución. Esta idea de la regeneración y la envidia no es nada nuevo, pero el concepto tal cual de Sue emergiendo de la espalda de la madre no nata, está muy bueno. Es muy larga, y nunca nos enteramos de mucho sobre los personajes. Son dos arquetipos que se pasean por allí, arrancándose el cabello, llorando, teniendo sexo y muriendo sin mayor razón aparente que el deseo de ser atractivas. 

Una caricaturización bien lograda para probar el punto de su premisa, pero ya para la escala mayor dentro de lo razonable, monótono, predecible y en puntos, tedioso. El diseño se me hace feo, se ve barato porque lo fue, y es en exceso, obvia. Intencionalmente, pero igual obvia. Me gustaron los planos amplios y el sentido de estar atrapado en esos espacios extensos y vacíos. Fuera de si es buena, mala o mediocre, The Substance es toda una experiencia.

A Different Man y mi criterio sobre su calidad tiene muy probablemente algo que ver con un sesgo personal, de que a mi me gustan las producciones más cercanas a la realidad, o ya que sea que una comedia siempre es más fácil de digerir. Voy a hacer un breve resumen repleto de spoilers de lo que pasa en dos horas de película, porque es algo brutal.

Edward es un hombre con una deformación facial, es un actor prosperante pese a que solo le den papeles en comerciales informativos sobre personas discapacitadas. Vive en un pequeño departamento con una gran gotera en el techo, le cuesta socializar y en general es bastante miserable. Un dia (inicio de la película), su vecino mormón de alado comete suicidio y el decide quedarse con su gato. A la vez, la nueva vecina, Ingrid. llega, se muda,  y se queda con el departamento. Ingrid es escritora, pero dice que le falta inspiración. Generan una amistad, y Edward se siente demasiado inseguro para pedirle una cita a Ingrid; ella lo percibe más como alguien a quien tenerle lastima que una persona valiosa a conocer.

Seguido a esto, en una revisión con su doctor este le plantea un nuevo tratamiento poco convencional que podria ser quizas lo que cambie la vida de Edward para siempre. Inseguro, acepta, lo aplican, pero no funciona. 

Una noche o dos después, Edward regresa a casa, agotado, cuando la gotera en su techo finalmente explota y un pedazo del techo cae en su cara, causándole una hemorragia. Agotado, Edward comienza removiendo el pedazo herido y después sigue arrancando la deformidad e irregularidades de su rostro, tal cual como si fuera una máscara, revelando una segunda capa de piel con el rostro sin prótesis de Sebastian Stan. La mañana siguiente, despierta con esta nueva cara, y cuando su inquilino toca a su puerta, Edward miente y dice que el hombre que vivía en ese departamento (el mismo, la noche pasada) cometió suicidio, y que el era un amigo de la familia, Guy.  

Hay un pequeño time skip de unos meses, y vemos como cambio la vida de Edward por completo. Trabaja en un despacho de abogados, tiene una vida en lo que cabe bastante mas plena y llevable. Otro dia va paseando por las calles de la ciudad cuando ve de lejos a Ingrid, la sigue, y encuentra su mas reciente proyecto; una obra de teatro sobre un hombre con una deformación en el rostro, enamorado de su vecina, al poco tiempo comete suicidio. Edward audiciona para el papel principal, intentando entender el razonamiento de Ingrid; la cual trata la vida de su vecino muerto como si fuera su propia creación y no solo una inspiración, negando la misma existencia del monstruo fallecido. Se acuestan, Edward en su nueva persona obtiene el papel estelar.

Es en este punto de la película, cuando Edward tiene todo lo que alguna vez deseó; la apariencia, el empleo, la casa y a la chica, que conoce a Oswald (Adam Pearson), un hombre con una discapacidad casi idéntica a la que solía tener Edward antes de fingir su muerte. Esto le genera un dilema terrible a Edward, porque pese a su deformación, Oswald obtiene todo lo que quiere y merece, siendo un hombre genuino y confiado, no dejando que su situación le conlleve una inseguridad.

 Edward, ahora Guy, desarrolla una obsesión terrible por Oswald, a la vez que poco a poco este aparente intruso, consigue cautivar a Ingrid, y termina tomando sobre el papel estelar de la obra. Oswald interpreta al personaje de Edward, que está inspirado en quien solía ser Guy, si eso se entiende. La obra debuta, y todo el foco queda en Oswald y en sus talentos. La película finalmente termina con Edward (Guy) perdiendo los estribos y atacando a Oswald en medio de una función. Al defenderse, Oswald empuja a Guy, cae un panel y el prota queda completamente enyesado y dependiente de la pareja.

Ya fuera de lo divertido que es este tercer acto, y toda la película en general, en lo que juega con las apariencias y el desenvarada resultado de la envidia, es un screenplay original, y es en realidad, brillante.

El estilo de fotografía que sigue es muy clásico de A24, no quita que me encante. Da ese sentido de intimidad y proximidad, a pesar de su trato mas bien bizarro, y llega a tener partes muy bien construidas que destacan, de una manera muy colorida y pintoresca. Es una ciudad bonita, y las locaciones son como que familiares.

La base de la diferencia en estas pelivulas ests en como manejan el problema de sus protagonista a los estandares de la sociedad, y en que tan lejos estan dispuestos a llegar para alcanzar este imposible estandar. Ambos terminan embarrados en mierda, en una situacion aun mas aislada y miserable de la que estaban en un principio.

Y esto se retrata mucho, sobre todo con mujeres, en la actualidad. En esta imposibilidad, al intentar alcanzar los nuevos y constantes cambios en la industria de belleza, se le denomina monstruos a aquellas mujeres que terminan por deformar su rostro y cuerpo, sumidas en cirugías plásticas, botox, alteraciones, todas, practicidades para perseguir lo que se considera convencionalmente 'atractivo'.

Lo que a mi me esta llegando, es que no me atrevería a poner el dedo al sol si alguna llegara a los Oscars. Llegados a este punto, podrían ser candidatos grandes para otros premios. Demi Moore, por el atrevimiento más que en si la interpretación de Elisabeth Sparkle. Para A Different Man, si lo veo llegando para Sebastian Stan, porque lo hace fenomenal. A Different Man para best original screenplay en los oscars si lo veo.

La cosa es, que el genero de terror y afiliados no es típicamente reconocido a la par de otros, como el drama o el musical (los bien hechos). Se le tiende a ignorar a esta serie de producciones, como a las de superhéroes, porque suelen ser menos artísticas y retrospectivas. No indagan en un aspecto de la experiencia humana; entras a la sala, comes, te espantas y te vas. Y aunque existen sus claras excepciones, es una regla casi general que el terror no llega a los oscars. 

Allí queda un poco a duda la clara paradoja para nosotros los desempleados, de si el cine solo cobra valor como una expresión de arte y reflejo de la sociedad, o si el mero logro de entretener ya es un arte en si. Porque no cualquiera puede.

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